Los empleados en ERTE se reducen un 46% pero aún así suponen uno de cada diez afiliados y a final de año habrá un millón de damnificados
La mayor crisis de la historia de la democracia sigue azotando con fuerza al mercado laboral. Hasta tal punto que a finales de junio aún más de 4,1 millones de trabajadores siguen afectados por la pandemia, según un informe publicado este martes por Randstad Research con datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. La buena noticia es que supone un millón de personas menos que las que había en mayo, cuando progresivamente se fueron levantando las restricciones del estado de alarma.
Casi la mitad de esos cuatro millones largos de afectados corresponde a esos 1.830.664 trabajadores que a finales de junio aún continuaban con un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), mientras que cerca de 1,5 millones (concretamente eran 1.469.135) son autónomos que han sufrido una caída de facturación de su negocio superior al 70% y que continuaban acogidos a la prestación extraordinaria por cese de actividad. Y en peor situación están esos 795.000 trabajadores que han sido despedidos a consecuencia de esta pandemia y que ahora lo tienen muy difícil para encontrar otro empleo porque la actividad sigue a medio gas.
Aun así, en un solo mes el volumen de personas afectadas por la crisis laboral se ha reducido en un 20%, es decir, un millón de profesionales ha podido salir de esta situación. Mientras que el número de autónomos afectados creció en junio hasta tocar el techo de casi 1,47 millones y la Seguridad Social apenas recuperó 88.000 cotizantes de los 900.000 perdidos respecto a hace un año, mucho más rápida ha sido la recuperación de los afectados por un ERTE. Así, desde abril, momento en el que un mayor volumen de trabajadores estuvo acogido a esta herramienta, 3,39 millones, se ha reducido en un 46%, lo que se traduce en que 1,56 millones de profesionales han abandonado el ERTE. Pese a ello, la cifra de finales de junio, 1,83 millones, supone que aún uno de cada diez trabajadores afiliados se encuentra en una suspensión de empleo, ya sea total o parcial.
Pero este ritmo se va a ir ralentizando en el segundo semestre, ya que según las previsiones de Randstad Research una media de un millón de personas continuarán en situación de ERTE a final de año, lo que supondría que en los próximos seis meses solo se reactivarán en torno a 830.000 empleos. No obstante, según los últimos datos oficiales, en los primeros diez días de julio la reducción ha continuado hasta situarse en 1,2 millones de trabajadores afectados por un ERTE, lo que representa que se han recuperado el 60% de esos puestos.
Menos emprendedores
«Cabe» destacar que el porcentaje de trabajadores acogidos a un ERTE con respecto al total de afiliados fluctúa de manera considerable según la comunidad autónoma. A la cabeza está Baleares, donde prácticamente uno de cada cuatro afiliados (un 24,5%) tienen aplicado un expediente, y le sigue a la zaga Canarias, donde están uno de cada cinco afiliados, algo que es consecuencia de su absoluta dependencia del turismo, sobre todo internacional, algo que ahora les está penalizando. Cataluña, Madrid y Castilla y León mantienen un nivel superior al 10%, mientras que el resto de regiones está por debajo de la media nacional, que se sitúa en el 9,9%. Los porcentajes más bajos de trabajadores en ERTE, todos ellos por debajo del 7%, se han registrado en Aragón (6,8%), Navarra (6,4%), Murcia (5,3%), Castilla-La Mancha (4,8%) y Extremadura (4,7%).
En lo que respecta al paro, volvió a crecer en el segundo trimestre y alcanza ritmos de aumento del 28,1% en junio. Un repunta superior a la media europea y que sitúa la tasa en el 14,41%, más del doble que el promedio de la UE (6,8%). «Prevemos que el problema va a seguir agudizándose, pudiendo superar la tasa de paro el 20% durante este 2020», advierte Valentín Bote, director de Randstad Research. Por su parte, la contratación se desploma un 54% en términos interanuales en el segundo trimestre de 2020.
Lo que también está haciendo la pandemia es frenar el emprendimiento, ya que las altas de los autónomos se desplomaron un 28% en junio. El primer semestre cerró con una caída de más de 104.000 altas con respecto al año pasado. Sin embargo, la mitad se compensa en términos netos porque se han producido 49.233 bajas menos.
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